Una reclamación de cualquier índole puede resultar un verdadero quebradero de cabeza si no se conocen los pasos a seguir. Cuando se trata de un trámite que tiene que ver con la tarifa de energía, todavía más, puesto que apenas se conoce información al respecto y las entidades dedicadas al sector tampoco clarifican los procesos a la hora de gestionar este tipo de problemas. En este sentido, este artículo pretende establecer qué hacer en el momento en el que algún usuario sienta la necesidad de realizar dicha solicitud.
Es importante saber, de todas maneras, que los abogados son expertos en este tipo de cuestiones, por lo que se recomienda contar con sus servicios ante la duda o para hacer frente a problemas legales más graves en los que se requiere de un asesoramiento judicial.
En primer lugar, el cliente debe ponerse en contacto con la empresa eléctrica en cuestión, con tal de explicar lo sucedido, ya sea por algún problema con el suministro, relacionado con el precio de la luz o en errores sobre la facturación. En cualquier caso, es obligatorio que toda entidad disponga de un teléfono de contacto gratuito para atender a todo tipo de quejas y sugerencias.
Una vez el cliente ha expuesto su problema, es el momento de presentar una reclamación por escrito. En teoría, la empresa comercializadora debe facilitar el formulario y su localización en la web, a través de un enlace. Una vez se envía el formulario y la empresa lo ha recibido, tiene que facilitar al consumidor un número de referencia y el justificante del escrito en el plazo de un mes.
Asimismo, el cliente debe saber que, en caso contrario, es decir, de no recibir ningún justificante por parte de la eléctrica, siempre puede acudir a la Consejería de Industria y Energía o a la Oficina Municipal de Información al Consumidor, dos organismos que potencian la comunicación y la exposición de problemas. Su figura es como el defensor del pueblo. Del mismo modo, si no es la primera reclamación que realiza y la compañía no hace caso, siempre puede recurrir a los servicios de un abogado.
Entre las principales derechos que posee un cliente y, por lo tanto, dispone de capacidad para reclamar, constan las siguientes:
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